miércoles, 17 de diciembre de 2014

Algunas consideraciones de la Evaluación de Desempeño Docente de Secundaria en Colombia


Los crecientes cambios y avances que se presentan día a día en la sociedad de este nuevo siglo, afectan toda manifestación de actividad humana e imponen nuevos retos, tanto a los individuos como a entidades. Una gran cascada de inventos tecnológicos en las últimas décadas facilitan labores industriales, empresariales y domésticas, acortan distancias, sobrepasan fronteras y mueven naciones, al tiempo que abren caminos para descubrir, construir, reconstruir, producir y reproducir nuevos principios, teorías y conceptos científicos, dan cuenta de saberes que en otros momentos de la historia fueron inalcanzables para el hombre. Todo ello abre un escenario novedoso que exige la modernización de los estados, instituciones, empresas y de la escuela por supuesto, que a su manera han sentido la necesidad de efectuar cambios estructurales que garanticen la  adecuada y rápida adaptación a las nuevas circunstancias que le impone la neo civilización
La dinámica social, política y económica de este nuevo siglo exige la recomposición de las relaciones entre los pueblos para acoplar esfuerzos encaminados a la construcción de sociedades cada día más globalizadas y conectadas, donde el aparato educativo juega un papel preponderante y estratégico para la regulación de las relaciones entre el conocimiento y la práctica, sin perder de vista que la educación concebida como un proceso permanente y dinámico, cambia y se renueva, cumple la función social de formar individuos idóneos, capaces de trascender histórica y socialmente en todas sus dimensiones, usando el vehículo de  la ciencia, la tecnología, el conocimiento, la dinámica de la economía y de la democracia, cumpliendo así un papel trasformado y desarrollador del ser y la sociedad misma.
El contexto mundial en las ultimas décadas, se ha visto influenciado de tres grandes trasformaciones, La revolución científico–tecnológica, La Internacionalización del conocimiento y la cultura, y la globalización económica, estos factores generadores de cambios no pueden ser desconocidos en la actividad educativa. La escuela tiene el compromiso de asumir estas trasformaciones como un desafío por afrontar y un proceso por desarrollar, que integre el avance de la ciencia, el desarrollo de la sociedad, del ser humano y su ambiente.
En ese sentido, quienes lideran gobiernos concurren a espacios comunes para analizar, discutir y acordar políticas en educación, muestra de ello es la reunión de los Ministros de Educación de América Latina y el Caribe, en Buenos Aires en marzo del 2006, donde “ratificaron la necesidad de avanzar en la formulación de políticas integrales, intersectoriales y de largo plazo, orientadas a mejorar y sostener la calidad del trabajo docente, como una condición fundamental para asegurar el aprendizaje de los estudiantes. Uno de los aspectos centrales, de estas políticas, tiene que ver con el diseño y puesta en marcha de sistemas de carrera profesional y evaluación que contribuyan a convertir a la docencia en una profesión atractiva para los jóvenes talentosos y con vocación de servicio público”.  (UNESCO., 2007, pág. 11). Se deja entrever la incidencia de la “calidad del trabajo docente” en el proceso de aprendizaje de los educandos, ya en anteriores oportunidades se había consensuado en la idea de que el fracaso o el éxito de todo el sistema educativo dependen fundamentalmente de la calidad del desempeño de sus docentes. (Encuentro Iberoamericano sobre Evaluacion de Desempeño Docente-Documento de Estudio, 2003, pág. 12)
De igual manera, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico-OCDE, 2005 citado por Mario Rueda Beltrán,  plantea el concepto de competencia, teniendo como fundamento “la complejidad de las condiciones actuales de vida, que involucra la habilidad de enfrentar demandas complejas, apoyándose en y movilizando recursos psicosociales (incluidas las destrezas y actitudes) en un contexto particular. Al manejo de herramientas, tanto físicas como socioculturales, se agrega su comprensión y adaptación a los propios fines de las personas y a su uso interactivo” (Rueda Beltrán, 2009, en linea). A partir de esta matriz de información se impone en todos los países latinoamericanos el nuevo enfoque de aprendizajes por competencias que incluye también la evaluación por competencia que trataremos más adelante.
 En este contexto de cambios, la inserción de la escuela a la sociedad del siglo XXI presenta nuevas exigencias, enmarcada en el aprovechamiento de los recursos humanos y el intercambio de los medios tecnológica, el buen uso de
La escuela no puede seguir siendo la misma del siglo pasado, de hecho es la primera llamadas a generar cambio desde las aulas de clases hasta la mas alta gestión administrativa, las múltiples innovaciones en el campo de la información y la comunicación y la existencia de un mundo cada vez más heterogéneo e interconectado, indican que el maestro hoy enfrenta el reto de repensar la academia, la pedagogía, concebir un nuevo ideal para convertir el quehacer pedagógico, en la mas atractiva tarea para niños y niñas cibernautas, que se mueven con gran destrezas en las redes, y obviamente deberá  hacer uso constante del acto de retroalimentar su quehacer docente para seleccionar las mejores practicas con las que pueda dar la respuesta que le impone este momento histórico de la humanidad, atendiendo a que “la educación juega un papel importante en nuestra sociedad: en la economía, la cultura, la política, la ciencia, la tecnología y en general en todos los ámbitos. Cada día el docente tiene en sus manos en compromiso y la responsabilidad de formar y educar a los niños, los adolescentes, jóvenes y adultos para que enfrenten los nuevos retos que la sociedad demanda.” (Acosta Almilla, 2012, pág. 11)
En el ámbito local, el estado colombiano no ha sido indiferente a los retos de esta nueva sociedad, especialmente en el tema educativo y en la evaluación de los desempeños docentes, gestado desde la constituyente de 1991, La Carta Magna aprobada ese año, contempla la educación como un derecho social pero introduce una nueva categorización para la misma,  la educación como servicio público, así lo describe el artículo 67. “La educación es un derecho de la persona y un servicio público que tiene una función social; con ella se busca el acceso al conocimiento, a la ciencia, a la técnica,.. Corresponde al Estado regular y ejercer la suprema inspección y vigilancia de la educación con el fin de velar por su calidad, por el cumplimiento de sus fines y por la mejor formación moral, intelectual y física de los educandos; garantizar el adecuado cubrimiento del servicio y asegurar a los menores las condiciones necesarias para su acceso y permanencia en el sistema educativo.” (Constitución Politica, 1991)
Sobreviene a esta norma, la Ley General de Educación que es la columna vertebral que ordena y orientan toda la actividad educativa, incluida la evaluación en el Capitulo III, articulo 80. “…El Sistema diseñará y aplicará criterios y procedimientos para evaluar la calidad de la enseñanza que se imparte, el desempeño profesional del docente y de los docentes directivos, los logros de los alumnos, la eficacia de los métodos pedagógicos, de los textos y materiales empleados, la organización administrativa y física de las instituciones educativas y la eficiencia de la prestación del servicio.” (Ley 115. Ley General deEducación, 1994).
Hoy, fundamentado en este marco jurídico el estado colombiano desarrolla la política educativa estructurada en torno a cuatro ejes de acción: la ampliación de la cobertura, el fortalecimiento de la eficiencia, la pertinencia educativa y el mejoramiento de la calidad. (Ministerio de Educación Nacional (MEN), 2008, pág. 9) De estos ejes profundizaremos en el último que es el que contiene y direccione la evaluación del desempeño docente que es el objeto de estudio de este trabajo.
El mejoramiento de la calidad, incluyen tres componentes que se articulan en el llamado círculo de calidad: el primero, los estándares básicos de competencias, que fijan criterios claros que deben ser de dominio público sobre lo que los estudiantes deben aprender y aprender a hacer en las diferentes áreas del saber a su paso por la escuela; el segundo componente son los planes de mejoramiento, que procuran que las instituciones educativas y las secretarías de educación desarrollen herramientas de gestión para que impacten positivamente en el desempeño de los estudiantes y, finalmente el componente evaluación “que tiene como propósito proporcionar información acerca de los logros y desempeños de estudiantes, instituciones, docentes y directivos docentes.” (Ministerio de Educación Nacional (MEN), 2008, pág. 9).
Por otra parte el MEN, afirma que “…es innegable que los docentes y directivos docentes juegan un papel fundamental en los procesos de enseñanza – aprendizaje que se dan en las instituciones educativas,… el factor docente es esencial en cualquier modelo de calidad de la educación, por lo que evaluar a los educadores es una acción estratégica para la política educativa.”  En ese sentido se hace necesario que la evaluación sea un instrumento de mejoramiento y perfeccionamiento de las prácticas pedagógicas en las instituciones educativas que redunde positivamente en la idoneidad de los maestros y en el éxito de los estudiantes.
Es necesario retomar la finalidad de la evaluación, según (Sanmartí, 2010, pág. 4)La primera finalidad nos sitúa en esa evaluación que forma parte de la vida del aula. …de un juicio sobre la calidad de la labor realizada y de una decisión sobre los aspectos a mejorar. Es una evaluación que si se promueve que sea ​​el propio alumnado quien la haga, está en la base de las competencias de aprender a aprender y de autonomía e iniciativa personal, además de la de cualquier otro tipo de aprendizaje
Sin embargo, otros puntos de vistas se anticipan en las formas de abordar la evaluación y llaman la atención hacia la necesidad de apoyar el proceso desde un verdadero sentido critico-constructivo que permita que se desarrolle en forma diagnostica-formativa en la búsqueda de la excelencia de toda la comunidad educativa, ya que se advierte que un tratamiento erróneo pueden causar desviaciones en el rol social como agente formativo que debe mantener la escuela. Es importante entonces que se aclaren algunos aspectos inherentes a la evaluación de los desempeños docentes, la tarea es proponer la reflexión sobre,  ¿qué evaluar?,  ¿paraqué se evalúa? y ¿cómo evaluar? Que en todos los casos el ejercicio debe redundar en la construcción colectiva de  pedagogías atractivas y eficaces, porque existe el riesgo notorio que quienes caer en un divorcio entre la realidad de la escuela y los intereses de los gobernantes. “Normalmente, los sistemas de evaluación docente están concebidos para sobrellevar una combinación de las practicas previstas y objetivos, a su vez utilizando la información recogida formalmente para orientar la formación de maestros y el desarrollo profesional y para las decisiones relacionadas con la mejora de la profesión, remuneración y retención. Desafortunadamente, la política y las prioridades políticas a menudo pueden reñir con el diseño cuidadoso y minucioso del examen de los objetivos a largo plazo, usos y consecuencias…. Así efectivamente convierte, lo que debería ser el componente formativo de la base de cualquier sistema de este tipo, en un lujo opcional que puede o no estar disponible en el mundo real, al menos inicialmente”. (Martinez, 2012, pág. 6)
También se corre riegos desde la concepción misma del proceso educativo como un proceso social con un alto  contenido humanitario, al respecto el Dr. Juan Mondéjar precisa: Hoy persisten deficiencias en torno a la evaluación del aprendizaje, especialmente localizadas en la persistencia del uso casi exclusivo de evaluaciones sumativas, en detrimento de las formativas y diagnósticas, y todo ello fundado en lo más tradicional del enfoque cuantitativo, promovido desde el positivismo en la historia de la ciencia pedagógica. Lo mismo acontece con la evaluación profesoral y con la curricular e institucional. En esta, hay necesidad de que se abandone la idea de seguir considerando la eficacia institucional cual si fuese un proceso productivo.”  (Mondéjar Rodríguez, 2009, pág. 3)
Pero, ¿Cómo está concebida la evaluación de desempeño docente en Colombia?, para iniciar y facilitar la comprensión señalaremos algunos elementos de relevancia en los que se circunscribe el ejercicio en este país.
Existe en Colombia dos grupos de maestros en las escuelas, los vinculados bajo el Estatuto Docente 2277 de 1979  y los nombrados desde el 2003 con el nuevo régimen del (Decreto-Ley 1278, 2003), sólo a estos últimos son sometidos a evaluación como se describe a continuación.
El nuevo estatuto de profesionalización docente, establece diferentes evaluaciones tanto para los maestros de aula como para y directivos docentes. En primera instancia, el ingreso al servicio educativo estatal solamente es posible mediante concurso de méritos en el que se evalúan el dominio del área del saber,  aptitudes para las competencias matemáticas y de comunicación, pero además condiciones de personalidad, relaciones interpersonales  y experiencia de los aspirantes para desempeñarse como educadores en el sector público.  Adicionalmente de acuerdo con esta norma el ejercicio de la carrera docente  debe estar  ligado a la evaluación permanente, por lo que se dispone tres  tipos de evaluación: evaluación de periodo de prueba, evaluación anual de desempeño docente y   evaluación de competencias
La evaluación de periodo de prueba, se realiza al finalizar el año académico y aplica a maestros de aula  y directivos docentes (cobijados por el Decreto 1278 de 2002) que se han vinculado en el transcurso del año, siempre y cuando hayan estado sirviendo en el cargo por un periodo mínimo de cuatro (4) meses. Cuando este término no se cumple, la evaluación deberá realizarse al finalizar el siguiente año académico.
Durante el tiempo que dure el periodo de prueba, los docentes y los directivos docentes que ingresan, tienen la oportunidad de conocer las condiciones en las cuales desempeñarán su trabajo; por su parte, la institución, en cabeza de sus directivos, tiene el tiempo para comprobar si el docente o directivo docente es competente para el desempeño del cargo y si está capacitado o no para desarrollar el trabajo para el cual ha sido nombrado.
Superado el periodo de prueba con calificación igual o superior al 60%, el docente o directivo docente adquiere derechos de carrera y debe ser inscrito en el escalafón docente.
La evaluación anual de desempeño laboral, se realiza al finalizar el año académico y aplica a docentes y directivos docentes (cobijados por el Decreto 1278 de 2002) que han adquirido derechos de carrera y se encuentran inscritos en el escalafón docente, siempre y cuando hayan laborado en el establecimiento educativo, en forma continua o discontinua, por un periodo igual o superior a tres (3) meses.
Evaluación de Competencias es para docentes y directivos docentes inscritos en el escalafón, que desean reubicación, ascenso de grado y mejoramiento del nivel salarial en el mismo grado.
Esta misma norma establece que la evaluación de docentes y directivos docentes se regirá por los principios de objetividad, pertinencia transparencia, participación, confiabilidad concurrencia y universalidad.
Para el objeto que nos ocupa, cual es el diagnostico de la evaluación de desempeño de la labor docente, vamos detenernos en la evaluación anual de desempeños, para ello tomamos como referente el sistema propuesto por Héctor Valdés, compuesto por seis dimensiones, 27 parámetros y 56  indicadores (Valdés, 2004, pág. 79) los cuales en su conjunto vamos a comparar con las competencias que se trabaja el Ministerio de Educación Nacional de Colombia estructuradas en dos grupos de competencias, las áreas de gestión, que mas adelante se puntualizan.
Mientras, las dimensiones planteadas en el sistema de Valdés son muy pertinentes para la búsqueda de una evaluación justa y racional  para los maestros “y que permita valorar su desempeño con objetividad, profundidad, e imparcialidad.  La evaluación, en sí misma, ha de ser una opción de reflexión y de mejora de la realidad,…y situada adecuadamente para posibilitar el avance profesional de los docentes.” (Valdés, 2004, pág. 4) para el MEN, “la evaluación de desempeño promueve el mejoramiento individual y colectivo, lo que se refleja en los procesos de aula, en la gestión institucional y en el desarrollo de la comunidad, todo lo cual contribuye a tener una educación de calidad.” (Ministerio de Educación Nacional (MEN), 2008, pág. 10)
Iniciamos esta comparación observando que Valdés dirige su sistema hacia Dimensión, en tanto que el MEN  enfoca competencias.  Hacemos el análisis partiendo dela significación de cada uno de los términos: según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua el término dimensión hace referencia a “aspecto o faceta de algo”,  y competencia a “Pericia, aptitud, idoneidad para hacer algo…”, así las cosas podemos afirmar que en ambos la evaluación de desempeño en todo caso apuntala a indagar sobre los aspectos del quehacer pedagógico que desarrolla una persona, teniendo en cuenta que la dimensión mira mas hacia la individuo, es decir a características particulares de maestros para nuestro caso pero las competencias propiamente dicha valoran mas las destrezas, habilidades que dan cuenta del saber hacer y menos al ser.  
Hecha esta diferencia señalamos a continuación las dimensiones propuestas por (Valdés, 2004, pág. 83)para evaluar desempeño profesoral: 1. Activismo ideopolítico,  2.Competencias y capacidades pedagógicas. 3. Disposición para la labor docente educativa. 4. Responsabilidad laboral. 5. Naturaleza de las relaciones interpersonales que establece con alumnos, padres, directivos y colegas y 6. Principales resultados de su labor educativa.
El Ministerio de Educción Colombiano habla de dos grandes Competencias a evaluar en los docentes: las Competencias Funcionales y Competencias  Comportamentales, la primera esta determinada por tres gestiones que son: la gestión académica, la gestión administrativa y la gestión comunitaria; es de anotar que a los directivos docentes se le incluyen también la  gestión directiva.
A manera de información las Competencias Funcionales  están estructuradas  como se enuncia a continuación; gestión académica: Dominio curricular, planeación y organización académica, pedagógica y didáctica y evaluación del aprendizaje; gestión administrativa: Uso de recursos y seguimiento de procesos y, gestión comunitaria: Comunicación institucional, Interacción con la comunidad y el entorno. En tanto que las competencias comportamentales están representadas en: liderazgo, comunicación y relaciones interpersonales,  trabajo en equipo, negociación y mediación, orientación al logro.
Sí, realizamos el cotejo de los sistemas de evaluación de Valdés y MEN, encontramos similitudes y diferencias: las similitudes están dadas en la aproximación que hay entre las  dimensiones Competencias y capacidades pedagógicas, Disposición para la labor docente educativa y Principales resultados de su labor educativa, con competencias Funcionales. Así mismo se puede equiparar La Naturaleza de las relaciones interpersonales que establece con alumnos, padres, directivos y colegas y la Responsabilidad laboral con las Competencias Comportamental.
Las diferencias están marcadas profundamente en los siguientes aspectos: no se evalúa en Colombia el activismo ideopolítico, de hecho es una prohibición expresa realizar proselitismo político en las escuelas públicas, so pena de ser sancionado. Como tampoco se tiene en cuenta el parámetro que enuncia Valdés relacionado con  “Actitud científica ante el ejercicio de su profesión.”
Para concluir señalamos que: El sistema que ha propuesto Héctor Valdés para  Cuba está enfocado al ser maestro, es decir es una acción que permite reflexionar sobre el quehacer pedagógico y la mejora del como persona que ejerce la actividad de enseñar. En Colombia esta enfocado en como ser maestro, es decir evalúa el acto que determina como se ejerce la profesión. No se puede perder de vista que el maestro también educa con el ejemplo de su comportamiento, con  su propio testimonio de vida. Importante destacar otra mirada, el enfoque con el que se aborda en Brasil que la (Associação das Escolas Americanas da América do Sul, 2011, pág. 6) donde se proyecta la evaluación de desempeño de los docentes como  “El Sistema de Evaluación del Desempeño Docente ("TPE") ofrece un equilibrio entre la estructura y flexibilidad. Es preceptivo que establece las propuestas y expectativas comunes, orientación, Así, la práctica de la enseñanza eficaz. Al mismo tiempo proporciona flexibilidad al permitir que la creatividad y la iniciativa de los profesores. El objetivo es apoyar el crecimiento y desarrollo de cada profesor para el seguimiento y análisis y aplicación de la información pertinente, preparado en bajo un sistema de retorno significativo”
Finalmente dejamos plasmado en este trabajo nuestro ideal de evaluación en el desempeño de todo maestro, ha de ser una acción responsable, de mejoramiento, efectiva, y ajustada a las necesidades reales,  práctica, positiva y armoniosa, contrastada por nociones de consenso, democrática, marcada por la cooperación y el trabajo en equipo, poder compartido, entre otros; que redunde en el crecimiento del maestro como actor que planifica y desarrolla el trabajo docente, con la firme convicción que los maestros si somos mejores personas también seremos mejores maestro y los mejores maestros formaran mejores alumnos, todo en busca de laexcelencia.



BIBLIOGRAFIA

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6.       Martinez, J. (2012). Combining Multiple Measures of Teacher Practice and Performance: Technical and Conceptual Considerations for Teacher Evaluation Evaluacion Docente con Medidas Múltiples de Práctica y Desempeño: Consideraciones Técnicas y Conceptuales. Recuperado el 26 de Agosto de 2013, de pensamientoeducativo.uc.cl.
7.       Ministerio de Educación Nacional (MEN). (2008). Guia N°31.GUÍA METODOLÓGICA Evaluación Anual de Desempeño Laboral. Bogotá, Colombia: Ministerio de Educación de Colombia.
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12.   Valdés, H. (2004). Sistema de evaluación del desempeño profesional del docente. 106. La Habana, Cuba: Tesis de Doctorado.